Huevos escalfados Mornay.

Este método de cocinado consiste en conseguir una textura delicadísima con los huevos. La clara quedará cocinada pero muy blandita y la yema se mantendrá líquida.
La salsa que vamos a emplear es una derivada de la bechamel. Procurar que quede con una fluidez justa para que nos cubra los huevos antes de gratinarlos.

Ingredientes:

Ingredientes:

8 huevos escalfados

8 rebanadas de pan

dos dl de bechamel

50 g de queso rallado

1 yema de huevo

50 g de mantequilla

5 g de persille (pan rallado y perejil a partes iguales)

vinagre (el 10 % de la cantidad de agua utilizada para escaldar los huevos)

sal, pimienta blanca y nuez moscada

Preelaboración:

Escalfar los huevos. Realizar una bechamel ligerita. Cortar rebanadas de pan de 1 cm de grosor y freírlas.

Elaboración:

Poner en un recipiente entre 6 u 8 centímetros de agua a cocer con un 10 % de vinagre para escalfar los huevos. Una vez que el agua entre en ebullición, bajamos el fuego y añadimos los huevos que vayamos a cocinar de una vez. Tapar el recipiente, apagar el fuego y contar tres minutos o tres minuto y medio. Transcurrido el tiempo comprobar el punto. Si faltase algo de tiempo tapar durante medio minuto más.

El resultado ha de ser un huevo cocinado con la clara sólida, blanca y no demasiado dura y una yema líquida y centrada. La forma ha de recordar a la del huevo con cáscara. Desbarbar los huevos para que la presentación sea lo más atractiva posible.

Reservar los huevos dentro de agua fría para evitar que se pasen de cocción.

Realizar una bechamel clarita (carga de 40 g de harina y 40 g de mantequilla) y bien cocinada. Añadir los ingredientes necesarios para realizar la salsa derivada denominada Mornay.

Freír las rebanadas de pan y practicarles un agujero en el centro para que se mantenga el huevo.

Colocar sobre cada rebanada un huevo y napar con la salsa bien sazonada.

Espolvorear con la persille y mantequilla fundida.

Gratinar en el momento en salamandra muy caliente.

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