Queso de Campo Real. Francis Egea 2019.

Elaborado en el pueblo madrileño de Campo Real. Se hace durante todo el año.
Queso madurado (un mínimo de dos meses de curación aunque puede dejarse largo tiempo), de pasta prensada y puro de oveja.
Antes del desarrollo de la D.O. Queso manchego, muchos quesos que se han tapeado en bares y restaurantes de Madrid como manchegos, eran quesos de Campo Real. Sobre todo a raíz de constituirse la Cooperativa de Ganaderos que recogía la leche de oveja de cientos de pastores del suroeste de Madrid y de la zona fonteriza castellano-manchega.
El interior es compacto pero con pequeñas oquedades de tipo mecánico y de color amarillo pajizo. La corteza es natural, cepillada y aceitada, de un color que va del marrón claro al marrón oscuro. De formato cilíndrico, similar a un manchego, su peso oscila alrededor de los tres kilos.
El sabor es franco, directo, ovino y muy mantecoso al paladar (con una textura más aceitosa los curados), con toques torrefactos y a frutos secos.
Al igual que su primo hermano, el queso manchego, este queso es un comodín en la mesa y en la cocina. Es excelente como queso de corte, para tapeo, merienda o postre. Los menos curados combinan bien en ensaladas; rallados son un acompañamiento excepcional con verduras de hoja verde (espinacas, acelgas): si se mezcla con la verdura muy caliente, el queso funde y su carácter mantecoso suaviza la aspereza del vegetal. Se espolvorea después un poco más de queso por encima y con un ligero gratinado (sólo fundir) se obtiene un resultado inigualable.

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